Tiempo
El universo se expande, en un movimiento tan sutil como inevitable, empujando hacia adelante el futuro, un futuro tan cercano que ya roza el borde de lo que llamamos "ahora". Pero en esa expansión, nos hemos disuelto, como una imagen que se desvanece a medida que avanza una mala película.
Lo que dejó de ser, sin ser.
Cuando llegó, las calles de siempre lo recibieron con una quietud que nunca cambia. Los mismos edificios, el mismo polvo en el aire. Caminó hacia su casa, sabiendo que no era el mismo camino de antes, pero también que no había otro. La tierra, fértil como siempre, lo esperaba con brazos abiertos, aunque no de la manera en que lo había imaginado alguna vez. Puso la botella vacía junto al portón, sin saber por qué, y dio un paso hacia adentro. No había nada que buscar, pero al menos allí, en ese regreso, las huellas de lo perdido parecían menos visibles. Una vez adentro lo comprendió, la calma lo envolvió y lo que quedaba de él fue desapareciendo.
Estampa
La estampa estaba firmemente adherida al sobre, cumpliendo su cometido con estoica tranquilidad. Guardaba, sin saberlo, secretos escritos por manos ansiosas: palabras de amor, rencores susurrados, quizás alguna despedida. Pero el sobre nunca fue abierto. Viajó de un lado a otro, pasó por manos indiferentes y bolsas de correo abarrotadas. Con cada traslado, la estampa acumulaba polvo de lugares que nunca vería más allá de su limitada perspectiva. Sin embargo, su misión continuaba, fija en el sobre, atenta a su destino. Cuando al fin regresó al remitente, el sobre estaba intacto, las palabras dentro, aprisionadas. Nadie sabría nunca qué decían aquellas líneas. La estampa, envejecida se fue despegando y como un testigo mudo de un mensaje que jamás llegó a ser escuchado, se perdió entre el polvo
Zapato
Un zapato marrón, desgastado pero altivo, se detuvo en medio de una avenida inexistente y suspiró. "Ciudad, ¿qué eres?" murmuró, con un tono que sugería haber visto demasiado. Decidió caminar para averiguarlo, aunque su suela llevaba años jubilada.
Si la luna aparecía, avanzaba cojeando en zigzag, tarareando baladas que solo los objetos olvidados conocen. Si el sol lo vigilaba, marchaba en línea recta, sin discriminar entre grietas o charcos inexistentes.
Crossover
Ella era un lady, toda coqueta con su forma de hablar,
el era Verne perdido en la rusia imperial.
Ella venia de un choque en el norte sideral,
el no tenia nada, solo playa sol y mar
En un espacio pequeño
el fuego se descubrió
y fue asi que Prometeo
por un beso lo cambio.
Fueron el crossover mas fantástico del mundo
dos universos, en esta vida.
Y al final es el amor lo único que cuenta
es lo que dejamos en esta tierra.
Domingos
Como lograr que la razón se calle,
como lograr que el corazón nos hable.
Como pedirte perdón algunas veces
y decirte que te amo para siempre.
Cuando el sol se cae
llega la oscuridad,
en ese silencio
te extraño.
Un domingo mas
triste en la ciudad
pero yo aquí siempre
Te espero.
Trenes 1
El tren tiene un diseño caprichoso; aunque está sometido, como todos, a las reglas del tiempo, nos las muestra de una forma extraordinaria. Obsérvese que los asientos orientados hacia la dirección en la que se dirige el tren representan el futuro, el destino, lo desconocido. Allí están depositados nuestros sueños y anhelos, nuestras responsabilidades y, ¿por qué no?, también la certeza de que la muerte nos espera. En cambio, los asientos orientados en la dirección contraria sucumben a la nostalgia, los recuerdos y los abandonos. Representan el origen, es decir, el saber de dónde venimos y entender que, mientras nos alejamos, ya no somos los mismos, sino otro polizón.
Trenes 2
En el tren, observo a través de las puertas que separan los vagones, y veo a una persona parada del otro lado, lo que despierta mi curiosidad sobre qué estará haciendo. Mientras el tren pasa por un túnel, la persona se da vuelta de repente con un rostro de horror, como si intentara advertirme de algo, pero enseguida su expresión cambia a resignación y esboza una risa burlona, dándose cuenta de que yo también soy un fantasma.
Omega y alfa
No existe una idea estricta de alfa y omega, sino la de un infinito circular donde alfa y omega pueden estar en cualquier punto, porque todo se convierte en un segmento donde todo es principio y todo es final. El universo termina siendo como una rosca de Pascua que siempre choca con el mismo huevo.
Abdul
"Demasiado
calor en esas tierras; Abdul parece no sentirlo o ya está pasado de rosca.
Continúa trabajando cosiendo pelotas de fútbol. Tiene 11 años y desde los 5
contribuye a llevar el pan a la mesa de su familia. Abdul, como otros tantos,
es analfabeto en cualquier idioma. A veces tiene curiosidad por saber otras
cosas. Se pincha; es la tercera vez. Le duele, pero no hay tiempo. Termina de
coser uno de los parches estampados que tiene grabado en un perfecto inglés:
'Merry Christmas'."
Girando
Divago
Caminando un largo trecho
hasta llegar a las capitales
donde el compromiso urge
por unas lindas navidades
Dulce
porque yo soy para ti porque y vos sos para mi dulce Isabel
das vueltas en mi cabeza otra vez.
No siempre será fácil, pero se que te encontraré.
Porque yo soy para ti porque vos sos para mi dulce Isabel
tus ojos me enamoran otra vez.
En esta vida y en otra yo se muy bien que te encontraré
Bucle
Regresa a su departamento y encuentra la puerta entreabierta. Al entrar, se sorprende al ver algo inesperado y repentinamente se desmaya por un golpe. Al recobrar el conocimiento, yace en el suelo sin recordar qué ocurrió. Escucha la puerta abrirse nuevamente, se levanta rápidamente y toma un paraguas para defenderse. La puerta se abre y golpea a quien se asoma: es él mismo. Deja inconsciente al otro cuerpo dentro del departamento, cierra la puerta y decide buscar ayuda. Al explicar lo sucedido, nadie le cree. Entonces recuerda que en cualquier momento podría despertar su invitado y tendría que obtener respuestas de él. Regresa a su departamento y encuentra la puerta entreabierta.
Inevitable
Ni la nostalgia, ni las conquistas amorosas, ni los amigos de los sábados de asado detuvieron a la muerte, que con paso lento pero firme se guardó para si todos esos momentos y mas.
Empatía
"La empatía es ponerse en los zapatos del otro", pensaba para sí mismo mientras se calzaba unos zapatos dos números más grandes para ilustrar la frase. Cuando los mafiosos fueron atendidos en la puerta, lo reconocieron por su calzado. Fue así como le obsequiaron unos zapatos hechos de concreto para caminar bajo el agua y así comprendiera lo que se siente no pagar las cuentas a tiempo.
Lamentos de Orféo (lamentos de fantasma)
Soy Orféo, un ser inmerso en la dualidad de la existencia, atrapado entre la luz y la sombra, entre la verdad y la ilusión. Me he encontrado vagando por el hades como buscando respuestas en los rincones más oscuros del alma.
En mi camino, he tropezado con la incertidumbre y la ambigüedad, preguntándome una y otra vez sobre el significado de mi propia presencia en este vasto infierno. ¿Quién soy realmente en medio de esta maraña de identidades fugaces y máscaras que ocultan mi verdadero ser? ¿Qué propósito sirve mi travesía, si es que hay alguno?
He luchado por algo que una vez creí importante, una pérdida que pesa como una losa sobre mi conciencia. Pero, ¿es la pérdida inevitablemente un vacío, o hay una ganancia oculta en el tejido de la renuncia? Me pregunto si dejar ir es en realidad un acto de liberación o simplemente una condena a la añoranza eterna.
A veces, me siento como un espectro en mi propia vida, una presencia insustancial que se desvanece en la bruma del tiempo. ¿Acaso mi existencia es tan efímera como el susurro del viento entre los árboles, o hay una substancia más profunda que yace oculta bajo la superficie de mi ser?
Quizás encontrar respuestas a estas preguntas sea como perseguir sombras en la oscuridad, un viaje interminable hacia lo desconocido. Pero en cada paso que doy, en cada pregunta que formulo, siento que me acerco un poco más a la verdad, esa esquiva y escurridiza verdad que se desliza entre mis dedos como agua cristalina.
Así que aquí sigo, navegando en el mar de la incertidumbre, buscando respuestas a lo que no hay, aferrándome a la esperanza de que algún momento, en algún lugar, encontraré la clave que desbloqueará los misterios de la muerte y me liberará de las cadenas que me atan al pasado. Pero hasta entonces, seguiré siendo Orféo, un viajero en busca de su propia verdad en este vasto y desconocido universo.
Que es la luz?
En el fulgor de sus ojos, diviso un faro que me guía en el vasto mar de la incertidumbre. En su mirada hallé el amor más puro y genuino, un sendero sin igual que trasciende lo terrenal, si se me permite agregar.
En su presencia, encuentro la paz anhelada, como si el vaivén del mar me arrullara en sus brazos. Cada brisa parece susurrar su nombre, envolviéndome en un halo de serenidad y plenitud que había perdido en el laberinto de la miseria.
Cada momento compartido a su lado se torna en un tesoro inigualable en el rincón más íntimo de mi ser. En este viaje lleno de giros y revueltas, he descubierto el verdadero significado del amor en medio de los vaivenes de la existencia.
Y es que en esta sinfonía de la vida, dos almas errantes se encuentran y aprenden a amarse en la más profunda oscuridad. Eso es la luz.
Por toda la ciudad
En un café, él la vio sentada, y supo en ese instante que ella sería el anhelo de su vida. Sin titubear, él entró, y aunque los detalles se desvanecen en su memoria, recuerda haberle recitado sus poemas con fervor. Ya sea que ese momento fuera real o no, su nombre quedó grabado en cada esquina de la ciudad. Desde un zaguan, un observador curioso lo miraba con recelo, mientras los caminos parecían abrirse ante él, intoxicado por el dulce néctar del azúcar. Sin importar la veracidad de aquel encuentro, su nombre resonaba en cada rincón urbano. Tomó su mano con determinación, ascendiendo juntos a un reino de ensueño. La besó con pasión, consciente y despierto, ansioso por confirmar su dicha. Sea real o no, su nombre seguirá grabado por toda la ciudad.
Serafín Quesada señala
El celo de las Bacantes y su amor no correspondido, en lugar
de desgarrador y cruel para Orfeo, fue más bien un acto liberador de la pena
del músico. Las Ménades, afligidas con la historia, supieron ponerle fin a la
desdicha de su amado. La acción, reprobada por los mitógrafos y poetas de
segunda, alcanzó el más sublime acto de amor: el sacrificio. Un gesto final de
amor y redención, liberando a Orfeo de su sufrimiento y uniéndolo con su amada
en la muerte.
Sombras y huracanes
Como pasa el tiempo y los almanaques
son los que me dicen cuanto queda de viaje
en este camino todo el equipaje
se me fue perdiendo entre los parajes
Es un sol de otoño el que aquí se nota
va de punta en punta pero no me toca
sin embargo insiste y en la periferia
unos ojos tristes son los que me espera
Entre sombras tristes y los huracanes
luego de la calma son fantasmas errantes
y en un eco firme que de apoco asoma
es la noche oscura la que me arropa
y este ultimo verso será enarbolado
como un tibio beso sin ser recordado
Cardenales
En un mundo donde las gorgojos debatían filosofía y las comadrejas escribían poesía, un día, los cardenales comenzaron a iluminarse. Su despertar total de la conciencia fue tan repentino como el descubrimiento de que los espejos solo reflejan lo que queremos ver. Los cardenales, ahora sabios y más rojos que nunca, declararon: "¡Somos portadores de la verdad absoluta!"En ese momento, los clubes de bochas y afines, temblando como castillos de cartas en un huracán de confusión, se desmoronaron. Las comadrejas comenzaron a rezar a los cardenales, los gorgojos descubren el secreto de la alquimia en los reverso de las latas de atún. El caos, ordenado como siempre, se mezcla con risas impuras de los nostálgicos de la calle Melón Gil, mientras el universo abraza su nueva iluminación.
Ambiciones
En un laberinto de rosas mal pintadas, se alza majestuosa la figura de la ambición, con sus ojos luminosos y su seductora promesa de grandeza. Como un torrente se adentra en el corazón del hombre, encendiendo una llama, es la búsqueda incansable de logros y conquistas.
En
su fragilidad y poder se despliega, como un abanico, en los pasos apresurados y
corazones palpitantes de aquellos que se atreven.
Un
eco lejano susurra en los oídos del anhelo, es el hambre insaciable que quiere
alcanzar lo inalcanzable. Ahí su precio, exigiendo tributo por cada objetivo
que se alcanza, no son más que la oscuridad y la renuncia.
En esa lucha se revela la complejidad del hombre, su dilema moral ante el tormento del ser, la dualidad del combustible y del veneno, donde los sabios serán humildes y los incautos ilusos. Así la ambición se convierte en un personaje en sí mismo, un protagonista capaz de desencadenar pasiones desenfrenadas y llevarnos a explorar los rincones más oscuros de la condición humana, perdiendonos así, en un laberinto de rosas mal pintadas.
Espejo
En mi casa el espejo promete revelar la verdad en su máxima objetividad. Cada vez que me encuentro frente a él, me planteo la pregunta inquietante: ¿en realidad es así? Algunos podrían argumentar que la realidad es subjetiva, que se moldea según nuestras percepciones y deseos individuales, etc. En ese sentido, los espejos podrían ser considerados como una metáfora, reflejando cómo construimos nuestra propia realidad. Y se acabó el cuento.
Sin
embargo, mientras observo mi reflejo en el espejo, no puedo evitar preguntarme
si hay algo más allá de mi propia interpretación. ¿Existe una verdad objetiva
que trascienda mi subjetividad y deseos personales? ¿O es acaso el espejo un
testigo silencioso de mi propio autoengaño, mostrándome solo lo que quiero
creer? Entonces el espejo ve algo mas y no me lo quiere mostrar, ya sea por
capricho o como gesto paternal para conmigo.
En
este debate filosófico, descubro que las respuestas son elusivas, irrisorias e
incluso modestas. Tal vez el espejo sea simplemente eso: una herramienta, una
ventana a través de la cual exploramos nuestra propia percepción y nos
adentramos en los confines de nuestras emociones y sueños. Puede ser un
catalizador para la introspección, desafiándonos a cuestionar nuestras
convicciones y explorar diferentes perspectivas.
Aunque las respuestas pueden resultar esquivas, una cosa es segura: la relación entre nuestra percepción, nuestros deseos y la realidad es compleja y fascinante. En ese sentido, los espejos nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza misma de la verdad y a sumergirnos en el intrigante laberinto de nuestra propia existencia.
Así que, mientras sigo contemplando mi reflejo en ese espejo que promete tanto, pero cumple poco, continúo explorando las múltiples capas de la realidad, cuestionando y reconstruyendo mi percepción, consciente de que, al final, puede que la respuesta esté más cerca de lo que imagino, esperando a ser descubierta en el reflejo que yace ante mí.
La silla (o suplantación por imposición)
Para aquel empleado renegado y perezoso, la empresa le tenia un obsequio especial: una silla, ergonómica e inteligente que se adaptaba fácilmente al usuario, Cuando la probó inmediatamente realizo unos ruiditos y se ajustó de acuerdo a la contextura física del empleado. Los días pasaron largos, densos y entonces la silla se ponía en modo sillón relajante. Había días que el empleado quería irse lo mas pronto del trabajo y entonces la silla se ubicaba cerquita de la puerta de salida. Trascurrido un tiempo, el empleado llegó al trabajo para descubrir que la silla lo estaba esperando fuera de la empresa, entonces apareció un supervisor que lo invitó a sentarse, saludándolo con alegría. este le comentó que no hacia falta que volviera al trabajo, que alguien mas había ocupado su puesto. Despidiéndose afectuosamente le deseó la mejor de las suertes, que se llevara la silla anunciándole y que la misma seria descontada de su liquidación final.
Acecho
Rebenques de siluetas a media noche
irrumpen llanos y misteriosos,
son la comitiva de los los fracasos de turno.
Son la memoria que castiga sin decoro
son el rincón detrás de un mueble costoso
en un cuarto parcialmente iluminado
esperando llevarse algo de mi otra vez.
Calavera
Calavera no chilla,
optaste por no sentarte en esa silla.
Calavera no canta,
y todo para traernos a otro chanta.
Puros sueños de arcilla como falsa canilla,
se han hecho añicos al girar la perilla,
es el perfume que espanta
como un gol que se queda en la garganta.
Con el cuento de la redención,
los bolsillos buscan al final el perdón.
Somos hijos de, somos hijos del rigor,
pura salitre y manchas de iodo, al por mayor.
Estamos acostumbrados
a estar en el barrio de los menos iluminados
Mosquetero
La transmutación isobárica de las biromes
Fuertes algoritmos y alguna que otra sinapsis onírica hizo que, al vendedor de biromes, se le llenaran los bolsillos de preguntas. Con su laboriosa argumentación y su parsimonia logra que los oyentes se enfoquen en una sola cosa: la fe en las biromes. Nos promete que serán eternas infalibles y hasta piadosas, nos sumerge en teorías que no siguen lógica pero que nos fascinan. Estas descienden de una larga tradición de biromes, cada una de ellas profetizó algo que en su momento fue tendencia, hoy solo son rumores. El no tiene nada, solo sus biromes y un ideal genuino, ya que alguna vez él fue un cliente que las compro continuando la transmutación isobárica de las biromes, de creyente a vendedor.


















