Calavera


Calavera no chilla,

optaste por no sentarte en esa silla.

Calavera no canta,

y todo para traernos a otro chanta.

Puros sueños de arcilla como falsa canilla,

se han hecho añicos al girar la perilla,

es el perfume que espanta

como un gol que se queda en la garganta.

Con el cuento de la redención,

los bolsillos buscan al final el perdón.

Somos hijos de, somos hijos del rigor,

pura salitre y manchas de iodo, al por mayor.

Estamos acostumbrados

a estar en el barrio de los menos iluminados