Tus manos firmes, tus ojos blandos, lloraron penas en ambos
bandos. La justicia quedó arafue, fue cosa de arrebato, dejaste atrás todo un
futuro, dejaste atrás todo un pasado, donde estabas en el presente que ya todos
olvidaron, donde duermen los colibríes cuando nadie los está mirando. Como hay
aire que se permita solo con rodearte, si la gracia no fue hecha para el
cobarde, no tiene sentido, es cierto, pero fue hecha para el aprendizaje. Son gajes del oficio.